Tras la propagación del virus COVID-19 y los estados de emergencia declarados alrededor del mundo, la gente comenzó a tomar hábitos fuera de sus rutinas, mayor higiene, distanciamiento social y diferentes medidas de prevención, pero también cambió su manera de comprar.
En Italia, uno de los principales focos de virus en Europa, el comportamiento de los compradores cambió radicalmente respecto a alimentos y artículos de farmacia. Los productos que más elevaron su venta fueron: harina, incrementando un 82%, arroz 61%, pasta 57 %, salsas y carne enlatada 49%, comida congelada 24% y agua 20%.
Los productos de limpieza y para prevención del contagio también incrementaron su compra: alcohol desnaturalizado con un incremento de 347%, trapos de limpieza 260%, desinfectantes 148%, cloro 90%, jabón de manos 84% y papel higiénico 24%.
Como consecuencia del distanciamiento social y la prevención de contagio permaneciendo en cuarentena, la penetración de ventas en línea aumentó significativamente, en particular para categorías con mayor frecuencia de compra.
Personas que nunca habían sido usuarios activos en plataformas de e-commerce, se volvieron nuevos compradores online:
Hubo un incremento del 10% de usuarios activos en plataformas de entrega de alimentos y un incremento del 15% del promedio diario de usuarios activos de sitios de e-commerce a diferencia de años pasados.
Demanda del e-commerce en volúmen:
El comercio electrónico incrementó un 81% a comparación de la última semana de febrero. El aumento en los volúmenes de entrega a domicilio online fue de 5 a 10 veces y de 2 a 3 veces el número de servicio click & collect.
Las ventas online aceleraron durante el COVID-19, siendo una oportunidad para aprovechar esas ganancias durante la recuperación. Hubo un cambio de compra en línea de ciertos productos antes y después de la crisis, las encuestas de China sobre el después de la crisis, indican que las compras online de productos para cuidado de la piel, maquillaje, snacks, cuidados de bebé y alcohol incrementaron, mientras que los productos de comida fresca disminuyeron.
Fuente: McKinsey & Company
Fuente: McKinsey & Company
Fuente: McKinsey & Company